miércoles, 3 de enero de 2007

De repente

En mitad de las frivolidades de fin de año, alguien, una persona de 35 años, habla en la radio. Dice que a los 10 perdió a su madre. Antes de tiempo. El aprendizaje del dolor. Se acordó de una frase hacia el final de Volver de Almodóvar. Dice que entonces, de repente, dejó de ser un niño, perdió la infancia. Nadie le había preparado para un golpe así, tan de golpe. Nadie nos dice, cuando somos niños, que la vida va de esto, y que la muerte forma parte del contrato, lo queramos o no.

Ayer, en Clásicos Populares, que también emiten en Radio 1, suena el cuento del lobo y los siete cabritillos: y de repente, uno vuelve a su infancia, y se emociona al escuchar a esa niña, Belén, que vuelve a contar el cuento a su manera, y canta al final, o hace como si.

Al atardecer, la luz ambarina en el horizonte, el neón azul del aparthotel, y luego, al llegar a la urbanización y volverme a la derecha, de repente, una maravillosa luna, en el cielo.

1 comentario:

Silvio Gnisci Morgach dijo...

Y yo aquí borracho en el Cadillac...
El amanecer sorprenderá mi infancia y dejaremos de ser eternos niños...

Buenos pensamientos.