jueves, 4 de enero de 2007

Religiosidad

Para despedir el año, pongo un viejo vinilo en donde el viejo Messiaen toca él mismo el gran órgano de la Iglesia de la Santa Trinidad de París: La Ascensión, obra dividida en cuatro partes, en donde se alternan las secciones graves con otras de serena majestuosidad. Lo mismo sucede en Le Banquet Celeste, que es el último corte de la cara B.

Me entero ayer mismo leyendo El País del 30 de diciembre pasado que ha muerto Galina Ustvolskaya, la necrológica la firma Luis Suñén. Pero resulta que el fallecimiento se produjo el día 22, y que fue llegando poco a poco a los diarios gracias al blog musical de Alex Ross. Murió en San Petersburgo, en donde nació en 1919 y en donde siempre vivió. Es como si siguiéramos en la época de la Unión Soviética, con ese secretismo... Pero ella siempre fue una compositora muy hermética, así que esto no es de extrañar. No saltó a la relativa fama de la música-guetto contemporánea hasta los años 90, con algún que otro disco, sobre todo uno de Philips con obras de títulos religiosos para extrañas combinaciones instrumentales (Dona Nobis Pacem, etc.). También compuso obras para piano, como las Sonatas que se grabaron en un disco de ECM. Y algunas sinfonías. Shostakóvich se quiso casar con ella cuando se quedó viudo, él, que fue su maestro, que la tenía por más inteligente que él; ella le dijo que no. Ahora, esta mujer misteriosa seguirá siendo escuchada, por los oídos atentos y religiosos de todo el planeta.

No hay comentarios: