lunes, 15 de enero de 2007

A la escucha

Los caminos del señor se convierten en mundo babel, los domingos por la mañana no voy a misa. Me quedo escuchando a Eva Durán, una cantaora que se larga por tangos, y Juan Pablo Silvestre la entrevista con su estilo peculiar, digamos que Jesús Quintero pasado por Chueca... Y se me queda esa música tan especial y el lunes por la mañana todavía resuena.

Ya se que estoy piantao, piantao, piantao,
no ves que va la luna rodando por Callao
y un coro de astronautas y niños con un vals
me baila alrededor...
Ya se que estoy piantao, piantao, piantao,
yo miro a Buenos Aires del nido de un gorrión;
y a vos te vi tan triste; vení, volá, sentí el loco berretín
que tengo para vos.
Loco, loco, loco, cuando anochezca en tu porteña soledad,
por la ribera de tu sabana vendré con un poema
y un torombon a desvelar el corazón.
Loco, loco, loco, como un acróbata demente saltare
sobre el abismo de tu escote hasta sentir
que enloquecí tu corazón de libertad, ya vas a ver.

Y eso que me acosté con una música muy distinta, la de Torcuato Tasso y su Jerusaleme Liberata y los madrigales de Monteverdi y Luca Marenzio y las canciones de Schönberg, los jardines colgantes y el triste pierrot de Bérgamo, es un sueño un poco opiáceo y es una pesadilla con mi hermana, esa llave que no has de poner... El sábado sólo hay dos opciones: o el sempiterno fútbol o la ópera, y elijo la segunda porque están dando desde el MET El primer emperador, de Tan Dun, con Plácido Domingo entre chinoiseries, me gustan más éstas que la parte occidental que trata de resucitar el bel canto sin conseguirlo. Y en el programa de las cuatro del domingo tenemos a Janos Ferencsik, un artesano del sonido que dirigió a Bartók, entre otros, su Cantata profana es una maravilla.

Ay, si no estuviera la radio..., estos milagros de que nos habla Alfonso Levy, hace un rato, en La Plaza..., este pasar de lo muy extenso a lo muy pequeño, ese suavizar el miedo a la muerte, que nos empequeñece.

Y el sábado me entero un poco de cómo era la España del estraperlo, aquella economía de subsistencia, en los terribles años del hambre tras la guerra civil. Y el sábado que viene empieza una nueva serie sobre los 70 años de RNE, la casa madre. El domingo me entero un poco de la patética existencia del gran Alan Turing, que tuvo un final socrático. Ay, cuánto aprendo con la pequeña radio de cada día...

Ay, y qué poco duro ante la TV, ese cacharro estúpido, si no tienes canales de pago...

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