Qué ganas tengo de que salga la traducción de la esperada novela de Littell, Los benévolos, que Vargas Llosa ha comentado de forma pertinaz en El País del 3 de diciembre pasado.
Llega un momento en que uno ha de buscar su lugar en el mundo. Un lugar al que pertenecer, un espacio no geográfico en donde alcanzar una cierta paz. Uno caminaba por caminos ya hollados, transitaba por rumbos bien conocidos, hasta que un cúmulo de azares lo expulsó de la rutina. A partir de entonces, no hay caminos, hay que caminar. La segunda parte de la vida pertenece a la meditación, a la búsqueda del más allá. Los recuerdos desfilan en espiral, la muerte se hace un ovillo a nuestro lado. "Se oye tan sólo una infinita escucha" (J. A. Valente). Un día, de repente, hemos llegado a esa extraña región que siempre nos ha estado esperando.
1 comentario:
Muy fuerte el impacto de esra novela laureada. Veremos qué comentas tú, después de leerla.
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