lunes, 8 de enero de 2007

Desde que la muerte se presenta para cada quien como un término absoluto, todo el mundo escribe. De ahí la idolatría por el éxito, y, como consecuencia, la esclavitud hacia el público, potencia perniciosa y ciega, azote del siglo, versión inhumana de la Fatalidad.
(E. Cioran, La caída en el tiempo, Monte Ávila Editores, 1977, p. 96).

Y ahora con los blogs, esto es más cierto que nunca.

No sé a quién le habrán dado el Premio Nadal. Eduardo Lago, anterior ganador y jurado este año, dijo en la radio que ahora son tiempos malos para la literatura, debido a la mercantilización. Pero puede que de ahí salgan algunas voces realmente nuevas.

3 comentarios:

En el fotograma dijo...

Lukas, podrias presentarte a alguno de estos concursos, si quisieras...

Acerca de los blogs, me alegro de que exista la blogósfera, porque aqui descubrí tu voz.

Salute.

lukas dijo...

Sí, esos concursos, mucha gente aborrece de ellos, pero al final, todos se apuntan, así que algo tendré que hacer... Pero ya ves, que los grandes premios siempre van a escritores ya consagrados..., es muy difícil que se descubra algún nuevo narrador.

Sobre la blogosfera, es más para escribir que para comunicarse, pero bueno, yo también descubrí ya algunos blogs muy buenos. La revolución son los personales, los diarios de mucha gente que de otra manera no llegarían nunca a ser leídos...

juanjo dijo...

Una cita de Barthes:

«Vivo en una sociedad de emisores (siendo yo mismo uno de ellos): cada persona con quien me encuentro o que me escribe, me dirige un libro, un texto, un balance, un prospecto, una protesta, una invitación a un espectáculo, una exposición, etc. El goce de escribir, de producir, apremia a todos; pero como el circuito es comercial, la producción libre sigue atascada, enloquecida y como desesperada; las más de las veces, los textos, los espectáculos van allí donde no se los reclama; encuentran para su desgracia, «conocidos», no amigos, y mucho menos compañeros; lo cual hace que esta suerte de eyaculación colectiva de escritura, en la cual podría verse la escena utópica de una sociedad libre (donde el goce circularía sin pasar por el dinero), está encaminada hoy hacia el apocalipsis.»

Saludos.