lunes, 22 de enero de 2007

Frío

Hoy hace más frío aunque no demasiado, no tanto como para que se te hiele el corazón, ni para que las manos duelan, eso pasa en Madrid y más al norte. Pero la vida es dura y para algunas criaturas más aún. Como para Koistinen, un hombre de mediana edad que trabaja en el puesto más solitario, de guardia de seguridad nocturno en un centro comercial. Lleva allí tres años y el otro tipo le hace decir su nombre siempre, para joderlo. Hay gente que es como si llevara escrito: "puedes insultarme bien a gusto". Él no sólo es un solitario, sino que la soledad lo rodea como una boa constrictor. En una ocasión se le acerca una mujer con rostro de víbora, él se cree en una historia de amor, y hace lo que todos hicimos alguna vez, invitarla al cine, luego a cenar y más tarde a la disco, en donde ponen música demoníaca. Ella le dice que podría enseñarle a bailar. Él en realidad gusta de la ópera, de la música de la radio, la TV está de adorno. Su habitáculo es bastante pequeño, pero es todo lo que necesita. La mujer resulta ser el peor bicho. Suele pasar. El mafioso dirige sus hilos, hasta conseguir la ruina de Koistinen, que pasará dos años en la cárcel, el frío allí es más intenso. Oh pobre de mí. Cuando sales de la cárcel no hay esperanza, sólo supervivencia. El mafioso vuelve a cruzarse en su camino, hasta terminar con las últimas gotas de su vida. Sólo hay una mujer y un perro, ella vende salchichas en la noche, el perro lo lleva un negro. Esto pasa en Helsinki, supuestamente en la Sociedad del Bienestar. Malditos nórdicos viejos acomodados.

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